Friday, September 9, 2011

( Rise of the Planet of the Apes - Planeta de los simios (r)evolución) La condición humana

Hacer una crítica de esta película, me llevó cierto tiempo. Siendo Psicóloga (algún día hay que ponerse la camiseta) es un desafío importante. Porque si hay algo de lo que habla esta película, es de  nosotros, como humanos, como raza, como especie.
La primera, allá por 1968, me dejó pasmada, cuando todavía era inocente, creo, y me estaba iniciando en el género de la ciencia ficción. Lo que tienen este tipo de películas, es que nos permiten proyectar, ver más allá de lo que dictan las manivelas de un reloj. Y jugar, jugar a ser creadores de un mundo por un rato. Pero como en las simulaciones, es imposible realizarlas sin un dejo de nuestra esencia, sin algo de lo que creemos es "nuestra verdad".
Como en aquella, esta película impacta. En varios aspectos. Desde el lado más técnico, puedo decir que hacia rato que no me impresionaba tanto una película en el cine. Excelentes gráficos y efectos especiales, que hacen que uno olvide estar sentado en el cine y que durante 104 minutos, esa es la realidad. Una magia únicamente posible en un cine o un teatro. Desde mi lado más "psi", la construcción del personaje, un desarrollo impecable, por sobre todo creíble, de este simio con el que logran que nos identifiquemos y entendamos.
Es extraño. El que tiene mascota habrá descubierto como yo, lo raro que se vuelve en un punto la humanización del animal. La primera vez que mi gato abrió la puerta del baño, quedé pasmada. Tuve que encerrarme con él para comprobar que era cierto. Que ingenuos que somos los humanos, creyéndonos señores y amos de este mundo. Ellos, los instintivos, los animales, nos sacan mil vueltas.
Qué es lo más triste de esta película, o lo más escalofriante quizás. Que puede ser realidad. La transformación de un animalito, que solo necesita comer,dormir, reproducirse y que lo dejen tranquilo, en un ser con deseos, con inquietudes, con valores. Cuantas veces como amante de la ciencia ficción, leyendo algún cuento de Ray Bradbury o de Isaac Asimov, no deseé la conciencia en otras especies, en otros mundos. A veces cuando veo este tipo de películas me pregunto, para qué. La ambición, la traición, la envidia, son sentimientos únicamente humanos. Y solo los humanos somos capaces de transmitirlos.
Algo oscura mi visión, quizás. Hay una escena en la película, en la que este monito defiende a su (no quiero llamarlo amo) pongamosle, a su abuelo. Esa escena, es la suma de todos los miedos, la síntesis del porque. Cuando nos tocan algo que queremos, cuando hieren a un amigo, cuando nos lastiman a un hijo, nos cegamos. Durante instantes de segundo, no vemos, no pensamos: actuamos. Y en ese actuar no hay valores, no hay racionalidad ni moral que medie. Ese, el lado más crudo y más humano, del que intentamos escapar con represiones todo el tiempo. Ya lo dijo Freud, somos lo que somos porque reprimimos nuestros instintos desde que el hombre es hombre, pero ay cuando la presión es demasiada, porque por algún lado sale.
Una película para quedarnos pensando, sobre la carrera insaciable de la tecnología, sobre qué nos mantiene unidos como humanidad, sobre cuantas cosas nos separan. Sobre qué seríamos capaces de hacer, si nos tocaran aquello que más preciamos. Sobre la tolerancia. Sobre la desilusión. Sobre el amor. Porque pelos más, pelos menos, al final venimos todos del mismo lugar. Y al mismo lugar vamos. ¿Qué nos hace tan grandiosos, tan inteligentes, qué creemos que tenemos derecho sobre los otros? ¿Cuantos juegan a ser dios todos los días? Calculo que la idea mas terrible es esa. La sensación que en el fondo no hay un sentido, no hay un camino, simplemente vamos hacia adelante por inercia, sin preguntarnos demasiado sobre las consecuencias.
Excelente, véanla. De ser posible en el cine. Y no dejen de buscar la versión vieja. A su manera, las dos tienen un mismo mensaje. Seamos cautos, frenemos. No estamos muy seguros cuando pueda darse vuelta la tostada y caer del lado con manteca.



1 comment:

  1. Muy buena reseña. ¡Me entusiasmé! Aún con todos mis miedos a sufrir por los "monitos" (¿Quién es el mono aquí?). AMQ

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