Después de dos
días de bronca, de impotencia, hacia el gobierno por sobre todo, pero quizás
más hacia mi misma, decidí hacer mi pequeño aporte. Con humildad, desde mi
pequeño y bastante lejano lugar, pero bueno, desde la sinceridad y el dolor que
me provoca lo que ha sucedido. Mi cercanía a la Sala Alberdi es
relativa, lo quiero aclarar desde un principio porque me pesa profundamente que
así haya sido. Hace dos días que me pregunto porque no fui más, porque no
acompañé a mi primo a las movilizaciones, porque no asistí más veces al VOTSA, un
millón de porques que me dan culpa e impotencia, porque me pregunto cuantas
veces dejaremos de pelear por lo que creemos y por lo que consideramos justo.
Cuantas veces seremos egoístas, como nos cambia la edad, cuando dejamos de
sentirnos inmortales y nos pesan nuestras estúpidas preocupaciones diarias,
dejando en un segundo plano todos esos valores por los que una vez creímos que
pelearíamos en cualquier lugar y circunstancia. Mafalda decía en una tira, “Hay que cambiar al mundo antes que el mundo
lo cambie a uno”. Y hoy siento que, espantosamente, tenía tanta razón.
Conocí a la Sala Alberdi de la
mano de mi primo. Un día lo llamé y me comentó que estaba yendo a la Sala Alberdi,
"¿a donde?" pregunté, a lo que me contó la historia de esta Sala, que
estaba peleando contra la privatización de la cultura de Macricio, como me
gusta llamar a este nefasto personaje de la política actual. Claramente este
señor tiene mi más profundo desprecio hace unos cuantos años, lamentablemente,
y ahí paré la oreja "¿Cómo que quieren privatizar el San Martín?” Gracias
al lindo de mi primo, un domingo bajonero como tantos, me fui con el y mi prima
a la sala. Llegué con curiosidad, expectativa y la promesa de mis primos que me
iba a morir de risa. Por sobre todo además, la sensación de estar yendo a
ayudar a una buena causa. La defensa de la cultura popular. Ahí, mientras
esperábamos, me dieron un papelito en blanco y me dijeron que anotara un secreto.
Yo sonreí nerviosa y lo miré a mi primo "¿te hacen participar?" Si
señor, uno no era un mero espectador, la sonrisa y la cultura te daba la mano y
te subían al escenario. Vergonzosa, nerviosa, con un montón de sentimientos
pavos víctimas de este mundo que te señala, anote tontamente mi secreto. Meses
más tarde aprendería de la mano de Federico que nada era más divertido que que
leyeran tu secreto. En eso, mientras seguíamos esperando, apareció Nano, un
payaso de vos algo rasposa con un pelo color arcoiris. Y ahí nomás empezaron
las risas. Y después de una improvisación muy particular, ahí nomás cazó una
guitarra y cantó la canción que después de convertiría en himno de entrada al
VOTSA (Varieté oficial de la toma de la Sala
Alberdi) Ohhh que mal me sientooo yoo ♫ Hoy lo pienso y me
repito, porque no habré ido más veces.... De ahí en adelante se sucedieron una
serie de actos que me llevaron a por primera vez en muchos años tener una
sonrisa mantenida un domingo a las 7 de la tarde. Inaudito. Domingo a domingo
me fueron enamorando, Improtango, Cumbi Impro, El secreto, El payaso pegamento,
Los Albertos, con los que llegué a llorar de risa, los chicos de brizna perdida,
el Nazi, los de Volantes para Volantear, la chica esta de los lentes y sus
canciones graciosas, cuyo nombre no puedo recordad y tantos otros.... Domingo a
domingo fui llevando más gente, prometiéndole lo mismo que me habían prometido:
una sonrisa un domingo bajonero. Y así pasaron los meses. Insisto, me lamento
no haberlo acompañado a mi primo más veces. La garra que tenían esos pibes, las
ganas de mostrarnos su arte, las ganas de hacernos reir, las ganas de hacerse
ver, tanta poesía, toda esa poesía....y yo solo veía un fragmento, los
domingos!!! No quiero ni imaginar todo lo que podían ofrecer en los
numerosísimos talleres a la gorra que ofrecían en la sala tomada.
Un día, un
triste día, Fran me llamó. Me dijo que los habían desalojado. Desconcertadísima,
lo acompañe al "Acampe cultural". Imaginen mi sorpresa al ver
alrededor de 25, 30 carpas en la plaza seca, chicos que te ofrecían mate,
chocolate, un pucho, mientras se cocinaban unos a otros, pintaban, tocaban la
guitarra, planeaban, escribían. No lo veía a mi primo, hasta que ahí lo vi,
actuando!!! con un montón de otros chicos en un taller. Me sonreí, y me quedé a
un costadito, admirando toda esa voluntad, toda esa energía, ese espíritu de
grupo, impulsado por una excelente causa: la defensa de la cultura.
Fui testigo
casual de una pelea por la subida de comida a los 6 chicos que seguían en la
sala, mientras un montón de policías armados hasta los dientes rondaban dentro
del Centro Cultura. Esa imagen me impactó. Gracias a dios, nací en democracia.
Pero... ¿Qué clase de democracia era esta que un montón de chicos y chicas, que
solo querían expresarse, hacernos reír y actuar, estaban ahí, atrincherados,
intentando no dejar solos a los de arriba, hacerles el aguante, mientras un
montón de tipos CON ARMAS los miraban con mala cara desde adentro?? El día de
hoy no entiendo esta situación...me pregunto...taaaannn pocas cosas importantes
tenes para hacer Macricio que te metiste con estos pibes, que solo se querían
expresar? Tan sediento de poder y de negocio estas vos y tu nefasto gobierno?
Debo ser muy ilusa....muy inocente…porque aun hoy no lo puedo comprender....Y
mucho menos puedo comprender a esos policías....Espero que el día de mañana sus
hijos quieran ser actores, cantantes o artistas, solo para que sientan por un
segundo el error espantoso, terrible que cometieron, culpa infinita por haber
hecho lo que hicieron...
En fin, lo que
sigue, ya es de conocimiento publico....Un buen día, me enteré de la peor
forma, que los habían rajado, a TIROS de la plaza seca....que en la sala solo
quedaban cuatro....la historia se empezaba a poner oscura...represión, en
tiempos de democracia....una vez más....unas semanas después, el peor
desenlace....triste, tristísimo.... Los chicos, para preservar su bien
físico, psíquico y jurídico, decidieron dejar la sala frente el abandono TOTAL
de los jueces, las autoridades, la falta de diálogo y la abundancia de
violencia.... La verdad, los aplaudo... La pelearon, a capa y espada, con la
poesía, con la sonrisa, con esa garra inaudita que te da el estar convencido de
algo, el convencimiento de pelear por una causa justa, contra viento y
marea....
Aquí mi
aplauso, a todos esos pibes, a esos grosos, a esos valientes, a esos
luchadores, a esos heroes, que se animaron a más, a luchar contra todo, a
ponerle el hombro, a todos esos chicos que estuvieron ahí, durante mas de dos
años, intentando ganarle a este mundo consumista, cuyo único interés es el
dinero, a un gobierno mentiroso y represor, manipulador, con dos de los dos
diarios mas famosos de la argentina de su lado, vende patria y fachistas, con
tooodo el mundo en su contra, ellos resistieron.
Y eso es lo que vale. Como lei por ahí en estos días, LA SALA ALBERDI ES UNA
IDEA, es una lucha, es la prueba irrefutable que resistir, incluso cuando
parece todo perdido sirve, sirve para que consumidores integrados a este
sistema espantoso, como yo, hayamos prestado atención, hayamos dejado la tele,
el facebook, la pelotudez por un rato y nos hayamos sumado, aunque mas no haya
sido más que contadas veces, a esta causa...
Miles de
chicos seguimos ahora a la
Sala Alberdi.... Miles de chicos se sumaron a las
movilizaciones, miles de chicos les decimos a Mauricio, Vidal, Lombarda y toda
esa gentuza, LA POESÍA VIVE!!!
Y LA SALA NO FUE
DESALOJADA!!! NO FUE DESTRUIDA!!
Porque a donde
vayan, los iremos a ver... Chicos, estamos con ustedes.
LA SALA ALBERDI RESISTE!!!!